Medusa

En la antigua Grecia los mitos daban sentido a un mundo confuso, sus relatos recogían la historia, explicaban la naturaleza y dictaban como se debía vivir. Este mito no era una excepción.

El mito de Medusa despierta numerosos miedos en la gente, especialmente en los hombres, es la imagen de una mujer todopoderosa cuya mirada no se puede evitar, cuya mirada ve detrás de ti y deja al descubierto todo tu interior.

Para los antiguos griegos la imagen letal de Medusa era una de las más aterradoras de toda la mitología, pero no siempre fue un monstruo.

Según el mito, Medusa en otro tiempo había sido una mujer encantadora, todos los hombres de Grecia querían poseerla. Pero ella no puede casarse, es una sacerdotisa de Atenea, la diosa de la guerra, y ha jurado voto de castidad eterno.

Atenea es una diosa virgen, el sexo no forma parte de su mundo, está fuera del deseo de cualquier varón. Por eso las servidoras de su templo tenían que ser vírgenes para que dedicasen sus energías no a asuntos domésticos y al cuidado de los hijos, sino al servicio de la diosa.

Así que la belleza de Medusa está prohibida, ésta es entregada al servicio de Atenea, aunque un pretendiente no permitiría que su voto de castidad se interponga en su camino: Poseidón, el dios del mar.

Poseidón representa el poder masculino eminente, es el dios del mar y el dios de las tormentas y de los terremotos, los terremotos no actúan con sutileza sino con contingencia, si se enfadaba tan solo un poquito podía explotar violentamente y hacerte mucho daño.

En un ataque de pura lujuria, Poseidón actúa y viola a la sacerdotisa virgen. La violó en el templo de Atenea, un acto sacrílego. Según las tradiciones de aquella época al ser violada ya no era elegible para un matrimonio normal. Tampoco era virgen, así que no podía dedicar su vida al servicio de una diosa. Pero eso era lo menos importante, Atenea está furiosa porque su templo ha sido profanado, pero no con Poseidón. Él era un dios varón poderoso de modo que es lo que cabe esperar de él. A ojos de Atenea es Medusa quién merece ser castigada. Por este motivo, la víctima será la acusada.

Esto refleja una sociedad en que las mujeres son propiedades y la mayoría de estos mitos al existir este acto no hay ni una sola muestra de simpatía alguna, es más la mujer que ha sido violada es castigada.

Atenea impuso una sentencia devastadora sobre su confundida sacerdotisa, convirtiéndola de bella a bestia. Su devastadora imagen será una semejanza a los cadáveres humanos. Medusa sin previo aviso empieza a sentir una transformación angustiosa, se araña desesperadamente el rostro, su piel se agrieta y se seca, su largo cabello sedoso se convierte en una masa retorcida de serpientes venenosas. Además se convertirá en una persona cuya simple mirada convertirá a la persona observada en piedra, esto la hará aislarse de la sociedad. Atenea la ha recluido a una vida solitaria por ser violada, haciendo que por culpa de su imagen y su poder sea desterrada a una isla remota y aislada de por vida.

En el mito, Medusa se ha convertido en un tipo de monstruo, en una gorgona, término del griego clásico que significa terrible. La gorgona es un monstruo horrible que tiene la piel escamosa y unos enormes ojos saltones y puede convertirte en piedra con solo mirarte. Las tradiciones más antiguas que tenemos referentes a las gorgonas mencionan a Medusa, primera humana en transformarse en una de estas bestias repugnantes.

Su horrible imagen la convierte en una paria pero para los guerreros en un objetivo, porque el guerrero que decapite a Medusa poseerá la ventaja definitiva en una batalla, su cabeza. Su mirada aunque esté inerte de vida seguirá teniendo el don de convertir a los hombres en piedra, hombres de todo el Mediterráneo se proponen conseguir la cabeza de la gorgona. Un guerrero la quiere obtener para algo más que para la guerra, Perseo, de Argos.

En la leyenda, la ciudad está gobernada por Acrisio, que no tiene descendientes varones. El único descendiente de Acrisio es su hija Dánae y ella no tiene hijos. Él consulta a una profetisa si su hija le dará un nieto. Tendría uno que cuando fuera mayor lo mataría. Acrisio se asusta y quiere evitar que su hija lo tenga. La encierra en un torre aislada de todo, para así matarla y sin mancharse de sangre. Un tiempo después fue a verla y descubre que es madre de un hijo, Perseo. Acrisio está desconcertado porque alguien ha entrado a su torre y ha seducido a su hija, pero ese alguien no era cualquiera, era Zeus. Zeus la ve entre las rejas y se enamora de ella, así que se acerca a ella en la única forma que puede atravesar los barrotes, en forma de lluvia de oro.

La lluvia de oro de Zeus podría haber sido inspirada por un fenómeno natural real, una lluvia de meteoritos llamada Perseidas.

Perseo es un semidios, con poderes divinos pero mortal. El primer impulso del rey de Argos es matar a ambos pero teme la ira de Zeus así que diseña un plan para que la naturaleza lo haga por él. Acrisio decide embarcarlos en una barca y lanzarlos al mar dándolos así por muertos.

Acrisio falló, Zeus los protegió y llegaron a una isla llamada Serifos. Perseo se hace adulto y es muy protector con su madre, teniendo una muy buena razón para ser protector. El monarca quiere casarse con su madre y para sacarse a Perseo de encima quiere que todos sus súbditos le regalen algo valioso y jura que él que no lo haga será desterrado, sabiendo que Perseo es pobre y no podrá ofrecer nada. El joven dice que en vez de un regalo le traerá algo que nadie ha hecho, traer la cabeza de la górgona.

Ahí es cuando los nombres de Medusa y Perseo se enlazan para siempre. Perseo comenzó su aventura, aunque no sabía bien a donde iba, él reza y los dioses le escuchan. Zeus le envía a Hermes y le da unas sandalias aladas, las mismas que Hermes usa para viajar rápidamente. Perseo necesita armas y Hermes le da un consejo, que localice a las ninfas, éstas eras divinidades femeninas asociadas a los elementos naturales en los que habitan y sólo tres mujeres horribles saben donde encontrar a estas ninfas, las hermanas Grayas, unas brujas. Las tres hermanas tienen en total un ojo que se van pasando, ese ojo es lo más valioso que tienen. Perseo se da cuenta que ese ojo es su punto débil y en cuanto se lo pasa una hermana a otra Perseo se lo quita. Las hermanas entran en pánico y Perseo les exige que le digan donde viven las ninfas, las brujas se lo dicen, en la laguna Estigia, el cauce que separa el mundo de los vivos con los muertos. Perseo al tener la respuesta tira el ojo y se va.

El semidiós va a la laguna y las ninfas le entregan 3 armas: la espada de Zeus, el escudo de Atenea y el casco de Hades. Estas armas con propiedades mágicas hacen que Perseo ya esté listo para el enfrentamiento.

Perseo va junto a Medusa y como el joven es astuto camina hacia ella caminando hacia atrás, viendo a través del escudo y rezando que así no lo matara. Silencioso se acerca a ella, cierra los ojos y le atraviesa el cuello dejando caer la cabeza en el suelo. Ahora el poder de Medusa se convierte en un arma, el arma más poderosa de la Tierra, algo que para Perseo ya tiene planes. Perseo gracias a las sandalias de Hermes llega rápidamente a la isla.

Un detalle bastante fascinante es que mientras que Perseo vuela con la cabeza de Medusa las gotas de sangre que cae de ésta se convierten en serpientes, dando origen a todas las serpientes que los romanos encontraron en el norte de África.

Siguiendo con el mito, el abuelo del semidiós llega a la boda y Perseo se presenta en ella cuando está empezando. Él se enfada muchísimo al ver la escena y levanta la cabeza de Medusa diciendo: «Rey te he traído tu regalo».  Convirtiéndolo en piedra, pero no solo a él, Acrisio, su abuelo, también miró a Medusa. Así Perseo salva a su madre, y se hace héroe que los griegos admiran. Finalmente, Perseo ofrece la cabeza de Medusa como tributo a Atenea, la diosa que creó al monstruo hereda su poder.

 

Atenea ríe la primera y la última